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El liderazgo en la época del conocimiento

¿No se ha preguntado alguna vez cómo es posible que sigamos utilizando sistemas y metodologías de la era industrial en la era del conocimiento?, ¿Cómo algunas empresas continúan bajo el paradigma del control de sus empleados en vez de potenciar y liberar su talento? Algunas de las respuestas a estas dos preguntas tienen que ver con los problemas crónicos de las organizaciones ancladas en el siglo pasado, a saber:

Liderazgo según Stephen R. Covey

> Baja confianza.
> Falta de claridad del propósito o visión.
> Sistemas burocráticos, desalineados.
> Talento y potencial subutilizado

El núcleo del problema reside en la baja confianza que inspiran algunos líderes, por eso el primer proceso o imperativo fundamental del liderazgo según Stephen R. Covey es inspirar confianza.

Si nos atenemos a las dos vertientes de la autoridad (moral y formal) observamos que la autoridad moral (lo que la persona es, su carácter) es la verdadera esencia del liderazgo. Gandhi, Mandela son ejemplos claros de líderes que han tenido una gran autoridad moral, mucho antes incluso de que tuvieran un reconocimiento del “poder formal”. La confianza afecta a todo lo que hace el líder y su falta es muy costosa para la organización: Perjudica las relaciones, mina la productividad y la creatividad y hace imposible obtener grandes resultados. Al contrario, una alta confianza facilita la comunicación, estimula el trabajo en equipo y permite la liberación del talento en el equipo, al crear equipos complementarios. El segundo imperativo tiene que ver con “Clarificar el propósito”. Como dice Jim Collins. “Las organizaciones necesitan más que nunca tener claro su propósito para darle un sentido al trabajo y, de esta manera, atraer, retener y motivar a las personas valiosas”. Cuando existe un objetivo claro y convincente es cuando las personas ofrecen sus mejores esfuerzos. Un propósito claro debe responder a tres preguntas:

El tercer imperativo hace referencia a “Alinear los sistemas”. Un líder efectivo alinea los sistemas para lograr resultados, y los institucionaliza para que perduren en el tiempo, partiendo de la premisa de que “el éxito está en los sistemas”. De hecho un sistema efectivo es aquel que:

Arthur W. Jones decía: “Todas las organizaciones están perfectamente alineadas para lograr los objetivos que logran” Por último, el cuarto imperativo nos lleva al inicio de este post, “Liberar el talento”. Una de las afirmaciones más importantes de Jack Welch fue: “El liderazgo no es acerca de ti, es acerca de ellos”.

El liderazgo implica comunicar a los individuos sus fortalezas y potencial de una manera tan clara que sean capaces de verlo por sí mismos.

Covey nos plantea la importancia de las conversaciones con los colaboradores para, básicamente, tres cosas:

En definitiva, las soluciones a los cuatro problemas crónicos de las organizaciones son los cuatro imperativos:

Los cuatro imperativos

> Inspirar confianza.
> Clarificar el propósito.
> Alinear los sistemas.
> Liberar el talento

Si usted, lector, sigue anclado en el paradigma del control, recuerde el siguiente texto de Harry Chambers: “De acuerdo con un estudio reciente, el 69% de las personas han considerado en algún momento cambiar sus trabajos debido a una gestión por control, y el 36% lo han hecho realmente”. En Cegos hay una oportunidad en Octubre en Madrid y otra en Noviembre en Barcelona de trabajar estos imperativos y conseguir un plan de acción adaptado a sus necesidades y a su empresa. Quizás es el momento de pasar a la acción ¿o no?

Eduard JuliáGerente Cegos España